Sepa la Bola, de
Camilo Pérez Aguad, en el Museo Casa de León Trotsky.
Por César Santomé López // Fotografías
de Carlos Contreras de Oteyza
Artista
Gráfico, Camilo Pérez Aguad, mezcla y logra, en evocación a la gráfica
mexicana, una obra llena de vigor y
nuevos respiros a imágenes comunes al mexicano urbano. A veces intimista, a
veces a manera de crónica social y política, Pérez Aguad, hilvana un
discontinuo, por increíble que parezca, narrando momentos y recuerdos,
reflexiones y propuestas dentro de una de las tradiciones artísticas más
queridas de este país, la Gráfica Mexicana.
Su
colección “Sepa la Bola” expresión de deseos humanos, salpicada de ironía, es
la muestra que nos ofrece Camilo Pérez Aguad en esta ocasión, manejando
elementos de la artística urbana que requieren de singular visión para plasmar,
en ejemplos tan diversos, el cómo nosotros mismos como personajes resolvemos o
vemos nuestra propia vida y entorno.
Colorida muestra “Sepa la Bola”, reta al
espectador que se convierta también a veces en lector, en pensador, establece
una dinámica que invita a querer más y en ese intercambio, se reta a sí mismo
para la siguiente propuesta. El humor, la reflexión, la ironía, la sorpresa o
la desfachatez que de los que se vale Camilo Pérez no deja lugar al paso suave
al contactar con su obra, tal vez eso es lo que nos permite a los espectadores
averiguar un poco de este artista que no teme a la propuesta social y mucho
menos a la intimidad de compartir ideas y vivencias, qué de otra manera podrían
escapar de nuestra imaginaria social que es tan abundante.
Vaya
pues el reto a Camilo Pérez Aguad para que prepare una nueva propuesta que no
deje lugar a dudas la apuesta que lanza para exigir más de esa expresión
gráfica que enlaza lo social, con lo urbano, con la intimidad y con la ironía.