El pasado jueves 11 de Octubre, en el auditorio de este museo, se llevó a cabo una mesa redonda sobre Ernesto “Ché” Guevara, con motivo de los sesenta años de su asesinato en Bolivia.Contamos con la presencia de la escritora cubana Celia Hart, Javier Wimer, Gustavo Iruegas, Antonio González de León y Estéban Volkov.
Destacó sin duda la intervención de Antonio Gonzáles de León, quien nos llevó a través de un recorrido por los años sesenta, desde su experiencia personal y perfiló a un Ché Guevara irreverente, que alcanzó el poder, lo ejerció y finalmente prefirió seguir adelante en su periplo revolucionario. El embajador Iruegas, nos regaló una exelente anécdota de una plática que de joven, tuvo con los guarda espaldas de Fidel, en una de sus visitas a la embajada mexicana en La Habana; cuando les preguntó como quien les gustaría ser, si como Fidel o como el Ché, su respuesta fue que como el Ché, por que Fidel era un hombre único, un fuera de serie, alto, guapo, con personalidad, en fin, un hombre al que jamás podrían parecerse; en cambio el Ché, era un tipo común y corriente que se forjó a si mismo y eso si que ellos o cualquier hombre que en realidad se lo propusiera, lo podría lograr. Celia Hart habló del Ché, de la revolución cubana y del simil entre Guevara y Trotsky. Ambos personajes, según la escritora, compartieron una visión revolucionaria sin haberse conocido y sin que Guevara hubiese leído a Trotsky, pues este último practicó la teoría de la revolución permanente como proyecto de vida y acción.
Celia además señaló que mientras a que a Trtosky lo convirtieron en una especie de demonio, confinandolo al al infierno, al Ché lo elevaron a rango divino, enviandolo al cielo.
Así pués, al filo de las 10:00 hrs., se dio por terminada la mesa y el anfitrión del evento y director del museo Trotsky, el Dr. Carlos Ramírez Sandoval, invitó a los asistentes y participantes a compartir bocadillos y vino tinto.
Texto: Miguel Mouriño
Fotos: Angel Rangel
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